Estoy retomando el libro «El árbol de la ciencia» de Pío Baroja, una novela autobiográfica. La historia empieza con el ingreso de Andrés a la Facultad de Medicina en Madrid y ofrece una ventana a una España del siglo XX a través de los ojos de este peculiar personaje.
Nunca antes me había interesado por este género literario. Pero ahora, la idea de hablar de uno mismo en tercera persona, mezclando elementos de ficción y realidad, me parece bastante coqueta (jajaja).
¿Cómo hizo el autor para decidir que partes de su historia reemplazar con ficción? No lo sé, eso será siempre un misterio.
Jaime Sabines escribe: «Porque las mejores palabras de amor están entre dos gentes que no se dicen nada». Gran belleza y profundidad.
Quizá es porque soy un hombre de pocas palabras, o simplemente porque valoro el silencio, no lo sé.
El silencio es imposible de comunicar en el mundo digital.
Lo único que se puede comunicar es lo que se dice, pero no lo que se calla. Parece absurdo pensar en ello, pero no lo es.
¿Cómo puedo comunicar mi silencio en este blog?, ¿No escribiendo nada? Seguro pensarás que olvidé escribir, y no que estoy mirándote en silencio. ¿Cómo puedo mirarte sin decir nada?
Por más que queramos negarlo, el mundo digital es muy limitado. Lo cual no es bueno ni malo, es lo que es.